JABÓN EXFOLIANTE Y ESPEJO REVELADOR.
Hermano Absalón Pérez Bueno.
¿Cuantos de nosotros hemos visto un jabón exfoliante? En el caso de mis hermanas y hermanos Jóvenes que usan estos productos pueden notar que algunos de estos jabones tienen piedritas de sal, que al aplicarlo en la cara causa una sensación no tan cómoda en la persona. Pero nos damos cuenta que el efecto es favorable a la persona, vemos que estos jabones quitan algunas células muertas e imperfecciones en el rostro de la persona que llega a usarlos.
Así es la palabra de Dios, al usarla quita los muerto y lo imperfecto de lo mas intimo de nuestro ser. La palabra de Dios al igual que este jabón es áspera y a simple vista lastimera y no muchos quieren escucharla al igual que a muchos no quieren sentir el incomodo roce del jabón exfoliante ignorando que será para bien de ellos.
¿Qué hará que las personas no quieran ser renovados a través de la palabra? La respuesta es que no se dan cuenta de la condición espiritual en la que están y esto engloba tanto a la gente cristiana y la no cristiana. Ya que hasta en la Iglesias hay hermanos que se resisten a la palabra, sin saber que está les será de gran bendición.
Tantos casos de hermanos que se la pasan viendo sus relojes de mano, o la hora en su celular, preocupados por las compras del domingo, la visita de algún familiar, el trabajo, etc. Algunos se han dejado llevar por sus preocupaciones y dejan de ir a las reuniones para lavar sus trates y ropa, tender las visitas, hacer tareas escolares, en fin, No se dan cuenta que lo primordial es la palabra del Señor. (Lucas 10:38-42).
Marta era una Mujer que aunque Creía en las palabras del Señor Jesús se dejaba envolver por las preocupaciones materiales empezando a descuidar su vida espiritual, lo contrario a su hermana María quien tenía en primer lugar las enseñanzas de su Señor. Cristo le aclara a Marta la realidad en la que se encontraba (Lucas 10:41). Y la invita a seguir el ejemplo de su hermana y ponerlo a Él en primer lugar.
La palabra antes de ser un exfoliante, es como un espejo que nos muestra nuestra realidad, al igual que las personas que no les gusta verse en el espejo, mucha gente no les agrada que Dios les revele la realidad en la que se encuentran. Muchas veces nos hemos visto al espejo y por “falta tiempo” no nos arreglamos, al igual que cuando sabemos que necesitamos escuchar, leer y practicar la palabra de Dios, no lo hacemos por falta de tiempo o porque realmente no queremos apartar tiempo para Dios.
Igual que los hermanos que van a la Iglesia cada sábado y escuchan la palabra y al momento se dan cuenta de su realidad, pero al finalizar el culto, y en el transcurso de la semana al dejarse envolver por las situaciones cotidianas se olvidan de poner en practica lo aprendido, y así va transcurriendo cada sábado, dejando que se acumulen más situaciones que nos deterioran espiritualmente.
Me imagino que María se dio cuenta de la gran necesidad espiritual que tenía, decidió así cubrir esa necesidad, sin importar los reproches de su Hermana Marta (Lucas 10:40), Nosotros también como cristianos tenemos diversas ocupaciones para cubrir nuestras necesidades materiales. Sabemos que lo más primordial es buscar el reino de Dios y su justicia, pero no estamos concientizados del todo, no nos ponemos a pensar acerca de las consecuencias negativas que puede acarrear una vida deteriorada espiritualmente que no esta en constante renovación.
Esto se trata de no solo escuchar que estamos en peligro, si no hacer algo por mejorar nuestra situación. Poner en práctica lo que escuchamos, lo que decimos, y cantamos.
La palabra es espejo cuando se escucha, y jabón exfoliante cuando se pone en práctica. Santiago 1:22-23 nos aclara mejor este punto. En otras palabras no basta con sentarse en una banca y escuchar.
En Isaías 1:10 Dios le revela al profeta la verdadera condición en la que se encontraba el pueblo de Israel, su deterioro espiritual era grande, al punto de ser rechazados por Dios.
Los Israelitas creían que estaban perfectamente bien a los ojos de Dios, sin percatarse realmente de su realidad, inundados en un mundo de ilusión, Dios uso a Isaías para mostrar el verdadero reflejo de Israel.
El señor nos invita a actuar al ver nuestro verdadero reflejo y para limpiarnos de nuestras imperfecciones (Isaías 1:16-17). Una vida activa en la palabra de Dios. Nos lleva a tener una renovación en el Espíritu y reconciliarnos con Dios (Isaías 1:18) La promesa para los que se dejan renovar por Dios es una vida en comunión con él que se reflejara en nuestra vida cotidiana (Isaías 1:19). No obstante, la consecuencia para el que oye y no cambia es muy grave (Isaías 1:20) recordemos que la paga del pecado es muerte, así y sencillamente, si dejamos que el pecado no absorba y no hacemos nada por cambiar el precio va a ser muy duro.
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